GAJES DEL AMOR
El tiempo hizo estragos con su memoria, nada recordaba, de nada estaba seguro, y a diario lo acompañaba esa profunda incertidumbre de no saber cómo, cuándo ni por qué estaba donde estaba. Vivir sin tener conciencia de su pasado es divertido sólo en los niños, quienes aprenden y saben que están aprendiendo, pensaba él, pero en los viejos es una desdicha, es como haber vivido en vano, como haber perdido el tiempo, como haber pasado la vida si haberla vivido.
Ella todavía lo acompañaba, gajes del amor, pero por esos días solo era una desconocida que con un extraño brillo en sus ojos le daba tranquilidad. Él pasaba los días contándole vagos recuerdos de su pasado, algunas veces hablando de ella, sin reconocer que ella misma había vivido los cuentos que él dulcemente le contaba. Mientras hablaban, ella se refugiaba es un cuaderno viejo que leía una y otra vez, algunas veces sonreía, otras cantaba, otras veces la nostalgia la invadía y las lágrimas caían por sus ojos… pero al final siempre agradecía haber ido guardando los recuerdos de los dos, para no sentirse olvidada, dejada, frustrada… ella misma aprendió a recordarse cuánto él la amaba, a así el ya no lo supiera… gajes del amor…