9.18.2008

Tourbillon de la Vie

On s'est connus, on s'est reconnus,
On s'est perdus de vue, on s'est r'perdus d'vue
On s'est retrouvés, on s'est réchauffés
Puis on s'est séparés


El antiguo citófono roncó irrumpiendo el sueño del viejo que placidamente hacía su siesta. Apoyó fuertemente el bastón en el piso, se levantó con lentitud, y a paso corto por el pasillo iba gritando “YA VOY! YA VoOoOoY!!!”, mientras se preguntaba quién podría ser si el señor de la vanguardia ya había pasado.

Quedó estupefacto cuando le anunciaron la llegada de ella!!!, tartamudeando pidió que la dejaran seguir, intentó caminar rápido al baño, se acomodó el poco pelo que quedaba en su cabeza, escuchó el timbre, acomodó su camisa y se dirigió a la puerta.
El giro de la chapa se transformó en un fuerte abrazo, ojos encharcados y en dos almas que latían sin piedad.

Se sentaron en la sala, sala que en años universitarios fue el refugio perfecto para los huecos y domingos interminables, con vista a los cerros, con vista a la ciudad, los dos se asomaron por la ventana para imaginar por algunos minutos que sus vidas eran las mismas de cuando tenían aquella edad.

Para él ella era la misma de hace años, su largo viaje por el viejo mundo había dejado intactos sus ojos, su pelo, sus gestos, sus movimientos y hasta aquellos comentarios infantiles que solían sorprenderlo. Ella se percató de que la casa había cambiado de disfraz, en primer lugar ya no estaba esa gata fastidiosa que solía dejar su chaqueta negra llena de pelos, y además ahora estaba decorada con pequeñas artesanías que él fue recolectando mientras recorría Suramérica, ella preguntaba por cada una de las pequeñas piezas, mientras él respondía tuvo la dicha de saber que seguía siendo aquel sencillo y descomplicado que la acogía siempre en su cueva con los brazos abiertos.

No podía faltar la invitación a cenar, ya era rutina, él disfrutaba haciendo inventos en la cocina, no sólo por su tendencia a la culinaria, sino porque disfrutaba al notar la torpeza de ella cada vez que intentaba partir un tomate, una cebolla, lo que fuera. Con ella sacaba a flote los términos más extraños que de la cocina conocía, y cuando ella preguntaba a qué se refería él sólo reía. Mientras cocinaban hablaron de sus viajes, que en realidad era hablar de sus vidas enteras pues desde el día en que se despidieron, pocas semanas después del grado, nunca volvieron a saber el uno del otro.

******
Chacun pour soi est reparti
Dans l'tourbillon de la vie.


Ella había dejado el país para continuar sus estudios, su punto de llegada en el otro continente fue Paris, la ciudad de los enamorados, donde intentó disfrazar el desamor del amor que él nunca se atrevió darle. Entre vinos y vals quiso disfrazarse de amada y una tarde despistada se entregó en un altar a un francés, profesor erudito de su nueva universidad, casi entrado en la tercera edad, y a quien juró olvidar al joven que la acompañaba siempre en su antigua facultad. Ella no volvió a sentir amor puro, lo mezclaba con conversaciones de política, arte, música, libros y prestigio… pero algunas noches, con cigarrillo en mano, escapaba a Les Champs-Élysées, caminaba y caminaba mientras pensaba en lo perfecta que era su vida y en lo poco contenta que se encontraba… caminaba, caminaba y mientras pensaba lo único que la alegraba era encontrar algún perro callejero al que fotografiaba dejando escapar una carcajada para luego preguntarse “qué sería de la vida de ese loco?”.

Él, ese loco, sintió desde el primer día de la partida de ella a Francia que se había ido lo que más quería, lo supo, y de ahí en adelante, todos los días, se arrepintió de nunca haberle dado el amor que para ella él siempre tuvo reservado. Siguió su vida desordenada, de cama en cama, de viaje en viaje, jurando no amar a nadie y esperar siempre a que regresara.

Un día ella se cansó, le dijo a su marido que dejaría todo, que la perdonara pues ella lo amaba a retazos. Tomó pocas cosas y emprendió un viaje por toda Europa se dedicó a realizar diferente tipos investigaciones que presentaba en diversas universidades, pero nunca se estableció en alguna parte por más de año y medio. Con ella llevo su cámara y siguió tomando fotos a los perros callejeros en cada uno de los lugares a los que llegaba.

El también se cansó, dejó de vivir de viaje en viaje, y a las mujeres las fue sacando del primer plano. Los días no fueron fáciles, lo antes divertido se fue tornando en un absurdo, la soledad la sentía con más intensidad cada vez que besaba un cuerpo nuevo. Logró tener éxito profesional y muchos amigos que trataban de encubrir la soledad a la que estaba sometido.

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On s'est connus, on s'est reconnus,
On s'est perdus de vue, on s'est r'perdus de vue,
On s'est retrouvés, on s'est séparés
Puis on s'est réchauffés

- Entonces nunca te casaste – dijo ella mientras tomaba el ultimo sorbo de te pos-comida – Siempre imaginé que no lo harías, has estado siempre muy loco…

- Yo te debo un perdón, te acuerdas la ultima vez que nos besamos?

- Claro que si… no se como pude confundir otra vez las cosas contigo, no te preocupes, hace mucho te perdoné, yo entiendo, intenté siempre entender tus ganas locas por vivir tu juventud libre, bien lo advertiste, no querías sentirte atado, y además siempre fui tan sólo una amiga.

- Ese “tan solo” me hirió el alma!, acaso no crees todo eso que te dije? Eras lo mas importante en mi vida, de todas las mujeres la más especial, tenía miedo y además era muy lacra para una persona como tu. Te quería como una amiga, es verdad, pero una amiga extrañamente especial. Nunca me perdoné el haberte dejado ese día una cara triste.

- Cuando lo dijiste no lo creí, tu sabes, todos los hombres dicen lo mismo. Mi teoría es que todos tienen un manual para saber que decirle a una mujer en determinados momentos, y tú ese día dijiste todas las excusas que aparecen en ese manual… Si me puse triste, no porque no quisieras estar conmigo pues yo ni sabía su yo quería estar contigo, lo que me puso triste fue sentirme una más de tu montón, por eso que salí corriendo…pero ahora que lo dices me alegra saber que no fui una más.

- Y yo que fui?

- Pues uno más! …. Jajaja… Mentiras, nunca supe a ciencia cierta lo que yo sentía por ti. Los momentos a tu lado siempre me generaban tranquilidad y una sensación enorme de armonía. Eran sentimientos tan lindos que me confundían, pero era una confusión cíclica, tu lo sabes, siempre primó la amistad. A veces me preguntaba si era normal que uno sintiera tantísimo cariño por un amigo, pero como cada vez que nos besábamos nos distanciábamos, yo pensaba que habíamos nacido para ser buenos amigos, y ya!

- Oh darling – le dijo él en medio de un suspiro, mientras trata de ordenar la manera para decirle todo lo que había venido sintiendo desde el día en que la conoció y lo arrepentido que estaba por haberla dejado ir.

- Ohh que pasa? – dijo ella notando las palabras de la boca de su loco que no querían salir.

- Pues si, nunca me casé.

- Nunca quisiste coger juicio!

- No fue por eso, es que deje escapar a la única mujer que he amado.

- Ay que lento eres, te salió el tiro por la culata… jaja…

Él calló la risa con una tierna mirada.

- En ese momento sentí que era lo mejor, quería vivir mi juventud, pero desde el día en que se fue no he dejado de pensarla un solo día, imagino que vuelve, imagino que me ama así nunca me lo haya dicho, así yo nunca le haya entregado el amor que tengo guardado para ella.

Ella sintió un fuerte escalofrío, él con ojos encharcados la miraba detalladamente. Evidentemente ella sabía de quien estaba hablando.

- Yo se lo dije a ella un día, yo quería que ella estuviera presente en mis días por el resto de la vida, pero no me creyó!

- Si te creyó – dijo ella mientras buscaba algo en su bolso – Pero debió irse lejos porque lo de ustedes era muy grande pero no prometía nada, entonces quiso olvidarte, o por lo menos olvidar que te amaba – entonces sacó del bolso un álbum llena de fotos de perros callejeros, lo puso en las manos de él dándole un pico en la frente – Pero nunca, quiero que sepas, te olvidé.

- Increíble, no olvidaste mi obsesión por las fotos de perros callejeros – dijo sollozando, levantó la mirada, la miro con profunda calma y preguntó – ¿entonces si me amas?

- Aun no entiendo bien el concepto de amor contigo – contestó con una voz muy dulce – pero hoy siento igual que años atrás.

- Y es amor eso que sientes?

- Si –dijo mirándolo a los ojos, acto seguido bajó la mirada y recogió sus cosas – Debo irme.

- Bueno – contestó él llorando

Se abrazaron en la puerta, juntaron sus labios arrugados, ella se distanció….


******

Quand on s'est connus,
Quand on s'est reconnus,
Pourquoi s'perdre de vue,
Se reperdre de vue ?
Quand on s'est retrouvés,
Quand on s'est réchauffés,
Pourquoi se séparer ?

Él volvió al sillón donde estuvo toda la tarde sentado, encendió un habano y se desarmó en lágrimas. Vino a su mente la imagen otra vez esa mujer que lo había acompañado en toda su carrera, la misma mujer que por ese largo día lo hizo revivir y que hacía quince minutos había abandonado una ilusión. “¿Pero que te estas creyendo?” pensó, nuevamente con dificultad apoyo fuertemente el bastón en el piso, caminó lo más rápido que pudo, salió de su apartamento, tomó el asensor, bajó a la portería, preguntó en que dirección había salido ella, se fue por la derecha, y doblando la esquina la encontró. Ella estaba allí sentada en una pequeña banca, con sus manos en la frente lloraba. Ella no lo vio venir, él se acercó hasta tomar las manos de ella, ella levantó la mirada y le dijo – Pensé que no vendrías a buscarme – a lo que él respondió – nunca jamás te volveré dejar ir-.


Alors tous deux, on est repartis
Dans l'tourbillon de la vie
On a continué à tourner
Tous les deux enlacés

Jeanne Moreau

NDV