7.25.2011

Tenía la fea costumbre de vivir en las nubes, no tenía ni idea de dónde estaba parado, y cada 15 minutos me decía que pronto llegaría… Todo esto me ocasionaba una fuerte molestia pues nunca estaba con los pies en la tierra cuando más lo necesitaba… un día sin querer me di cuenta de su potencial, la realidad que se escondía detrás, sin que él notara mi presencia allí vi como poco a poco y con dificultad iba abriendo sus alas, sí tenía alas, e intentaba moverlas con precaria práctica, en esas alzó un corto y torpe vuelo que me dejó pasmada, sí podía volar… quedé asombrada, fascinada, e hipnotizada, fue entonces cuando comprendí que necesitaba tiempo en las nubes para perfeccionar su vuelo, por ahora solo busco darle razones para que cuando vaya a aterrizar quiera hacerlo a mi lado, así se demore 15 minutos más.