9.16.2009

Más audaz sería tener todo bajo control, la baraja en la cabeza, sin riesgos, cada movimiento en su lugar, nada que pueda llegar a perturbar… Pero tú no tienes medidas, lo pones todo, apuestas hasta tu sonrisa, arriesgas tu pellejo, al fin y al cabo es sólo un juego… mientras tanto yo me parto la cabeza intentando entender de qué se trata esta partida, me detengo a detallar carta a carta toda la baraja, todavía el entendimiento me falla... apuestas y apuestas pero a mí no me dieron tantas fichas… no se si se valgan mis sonrisas no fingidas, mis llamadas no frenadas, mis miradas no esquivadas, no quiero esta vez rebuscarme las fichas, no quiero esta vez controlar las medidas, las palabras, los gestos, los abrazos… sin conocer la baraja me arriesgo, gane o pierda, seguro entenderé el juego!

9.15.2009


NO! No Pinocho, no quiero! – Le dice Caperucita Roja – No insistas, tu estás en otro cuento, punto! No pongas esa cara de … para qué dices? para qué argumentas? para qué hablas? de nada sirve que tu y yo seamos tan parecidos, que veamos el mundo como lo vemos, que hayamos sido creados de la misma manera, en cuentos infantiles, infantiles sinónimo de cortos, ya sabrás, de nada sirve! Pinocho a mi hoy simplemente no me interesa, no insitas, no llames, no aparezcas, ya no quiero, y de nada sirve el amor y de nada sirve la amistad, si no es amor entonces amistad, amistad o amor, entre tu y yo importa muy poco si en este mes se habla de amor y amistad, no me importa el mes, se acaba, se acaba, se va, no me gusta, no me gusta tu nariz agrandada, mi cuento es otro, vete! Vete! Se termina, adiós!.... y colorín colorado entre tu y yo, por fin, hoy todo es pasado!

9.09.2009

En esta historia hay cuatro personajes, uno soy yo, Aleida, para muchos soy la chismosa de éste pequeño pueblo ubicado junto al mar, pero no, el chismoso es usté que viene a leerme, buscando lo que no se le ha perdido, no cree? Total, mi nombre es Aleida, soy negra y por la edad tengo las tetas escurridas, lo cual no ha sido impedimento para seguir viviendo mi vida feliz y enterarme de todo lo que pasa en éste lugar. No soy de acá, llegué hace unos 20 años, pero por la fama que me he ganado la gente suele preguntarme cosas que pasaron mucho antes de que yo llegara, y he sido muy suspicaz porque he logrado averiguar todo lo que la gente ha venido a preguntar.

Solamente de una cosa nunca me había podido enterar, era de la vida de Juana, la señora de la casa al pie del rompeolas construido con llantas (si, construido con llantas). Juana siempre ha sido una señora muy bien, de vez en cuando me invita a tinto o a almorzar, pero nunca había podido entender por qué esa mirada al mar (pues digo, cuando uno mira al mar siente cosas muy hermosas, grandeza, belleza, tranquilidad, alegría…) su mirada siempre es triste, es más las ventanas de su casa que dan al mar siempre han estado cerradas, y la puerta principal fue sellada por ella misma con ladrillos y cemento, sólo utiliza la puerta trasera, la que da la a sierra. Yo nunca le he preguntado por qué, pues de verdad yo no soy chismosa, las historias me van llegando, como llegó hoy la historia de Juana, contada por Juana, a mis oídos.

Yo iba caminando tranquilamente y me la crucé, me invitó a un tinto imposible de negar. No se qué le pasó pero hoy esa mujer tenía la lengua muy suelta, me habló de un tal Lucas, no se muy bien quién fue Lucas en la vida de ella pues Juana habló dando por hecho que yo sabía de él, el caso es que ahora entiendo por qué a Juana no le gusta mirar el mar, de verdad la entiendo. Resulta que el tal Lucas ese se fue en barco, por eso es que Juana tiene la puerta y las ventanas…(será que hace falta esta explicación?). Juana soltó la lengua, pero no mucho, yo sólo supe que el día en que ese tal Lucas se fue se fue el hermano de Juana, o quién sabe quién era ese tal, tal vez el amor, el amigo, el pana, el parcerito del barrio, quién sabe, se fue y punto!.

… Tanta gente que va y viene, pero el caso de Juana es diferente pues ella sabía que con ese tal Lucas había algo muy grande que los ataba, a pesar de ello el tal Lucas dijo que partiría en busca del mamo (excusa idiota pues todos en el pueblo saben que el mamo vive en la sierra). Cuando Juana supo de esa idea estúpida del tal Lucas empacó maleta y alimento para irse con su hermano, amor, amigo, pana, parcerito, quien fuera, pero no, el pensó la cosa y no la dejó, dijo que era sólo deber él encontrar al mamo, y se fue. (Como si el único apoyo en la vida de uno fuera uno mismo, que pendejada!)

Juana hoy, a diferencia de otros días, no ocultó sus sentimientos a esta que llaman chismosa, y esta bien, para qué disimular ante mí si al fin y al cabo el que lee esto es porque quiere saber a la larga lo qué le pasa a Juana, le importa, la quieren sacar de ese estado que le dejó ese hombre tan completo (según Juana), pero tan mediocre al sentir (según yo).

De las personas que yo digo que son inteligentes en el pueblo esta Juana, ella es de las pocas que pudo terminar el bachillerato y que se sienta con juicio a leer El Heraldo todas las mañanas, verla como la vi hoy no fue de mi agrado, ¿de qué le sirve tanta letra y tanta vaina en la cabeza si no es capaz de salir de la tristeza?. Yo si le dije muy claro a Juana que dejara ya de una vez por todas la pendejada, el tal Lucas ese se fue y punto, no queda más que guardarlo en la cabeza como un personaje más que pasa por la vida de uno y continuar, sin dejarse afectar a tal punto que mirar el mar, algo tan inmenso, se convierta en un tormento, y tal vez usté que está leyendo lo piensa como yo, pero Juana si no deja pasar las cosas, y es que tampoco es fácil pa ella pues el tal Lucas ese en realidad nunca le explicó muy bien por qué se iba, eso da rabia, el cuento del mamo no se lo cree nadie, el mamo no se busca en el mar, es sólo caminar 5 horas sierra arriba y ahí está él vestidito de blanco, y eso es lo que a Juana la atormenta, no saber nada, si es que se fue del todo, si como todo marinero volverá, si quiso volver y no pudo, no sabe si se fue por culpa de ella o de otra, no sabe si dijo mentiras por hijueputa o por ocultar algo más doloroso, no sabe si pensarlo, no sabe olvidarlo, esa Juana no sabe nada, pero claro, pa poder olvidar al muerto primero toca enterrarlo, cosa que ella no ha podido hacer…

Lo que me parece curioso es que usté se haya venido hasta acá a leer esto, pues digo, de seguro usté tiene cosas más importantes que hacer, de todos los lugares que usté puede visitar por acá prefirió venir a plantarse aquí a leer la historia de Juana, supongo que algo le interesará de ella (raro pues aún usté no ha podido hacerse una imagen mental de ella)... No me importa como pinta usté a Juana en su cabeza, lo bonito es que ni a usté ni a mí nos gusta que Juana viva así. Yo desde el cuento ya no puedo hacer nada, el cuento así está escrito, una Juana que se amarga la existencia por que el tal Lucas ese se fue (que insisto, aún no sabemos si es su hermano, su amigo, su amor, su pana, su parcerito del barrio…). Un cuento donde yo como chismosa no puedo hacer mucho, solo contarle a usté a ver si se le ocurre qué hacer con la Juana… o encontrar al tal Lucas ese y de las mechas traerlo en tiempo presente al cuento…

***


De todos los posibles cuartos personajes, en una de esas vino el tal Lucas ese a leerme, me dijo que le avisara a su hermana que lleva 19 años esperándola en el pico de la sierra… ya me estoy alistando pa salir corriendo a la casa que queda al pie del rompeolas construido con llantas pa avisarle a Juana que su hermano ha encontrado al mamo!

Juana recibió la noticia y pasaron sólo 5 horas para que éste cuento terminara!