5.24.2008

Como se esta escribiendo la historia de mi pais????

5.16.2008

Las estaciones tienen algo especial que hace que miles de artistas se inspiren en ellas para hablar de amores infantiles que allí se encuentran, de amores que nunca murieron, que nunca se apagaron, que revivieron, que renacieron… Esta no es la historia de dos conocidos que tras tiempo de ausencia por azar terminan sentados juntos en la banca de una misma estación, eso ya lo han contado, esta en cambio es la historia de dos que se conocieron en la estación… los condenados.

Era un día de esos en donde la razón toma vacaciones, como las había tomado ella cuando decidió pasar la frontera, pasar la frontera justo para llegar a la estación y de allí tomar, largos meses después, el avión de vuelta. No había expectativa alguna, solo la de llevar de vuelta un alma mas ligera, ligera de problemas, complicaciones, dolores y contradicciones.

Estaba ella sentada, con la mirada en el aire, cuando él pregunto.

- Disculpe, le ayudo con las maletas? ….. Señorita, necesita usted ayuda?.

Y bajando la mirada del cosmos a la estación ella desprevenida sacudió la cabeza y pregunto.

- si?

- Señorita, me pregunto si necesita usted ayuda para sacar las maletas de la estación?

- No, muchas gracias, acabo de bajarme del avión y estoy esperando.

- Esta bien, que tenga un buen día.

- Gracias, lo mismo.

Unos días después, la mujer seguía dando vueltas por la estación…

- Buenos días Señorita, ya se va usted, como le pareció la ciudad?

- Hola Joven, no he conocido la ciudad, no he salido de la estación, le repito, estoy esperando.

Pero hay días donde la estupidez se hace dueña de las cosas más bellas, es por eso que él sin entender prefirió dejarse llevar por sus ojos grandes y su sonrisa espeluznante, antes que romper aquel travieso silencio que los condenaba a algo con alguna pregunta inteligente.

Los condenados tomaban cafés en la cafetería del pasillo BC, por donde quedan las salidas de vuelos internacionales. El Joven hablaba de revoluciones, de bloqueos, de clases, de reparticiones, de formas de gobierno… ella hablaba de su alma herida, es decir, su país herido, de la frustración de una nación, de la ignorancia, de su agonía, de lo mucho que detestaba la violencia y de su idea absurda de estudiar para intentar cambiar las cosas.

A medida que se iban conociendo las conversaciones sobre política se iban agotando, la señorita detestaba sentirse ahogada por la realidad confusa, y el Joven cada vez mas disfrutaba de los silencios que entre los dos se tejían.

Ella, estudiante de laberintos sin llegada, con especialización en ignorancia y miopía llevaba dos semanas pensando en aquel Joven, trabajador de la estación, encargado de orientar a los extranjeros que por obligación se hacen mudos, y que por esos últimos días pensaba en ella.

Condenados a una situación inesperada la vida no les daba tiempo para los problemas banales que se tejen entre dos, no les daba tiempo para lentos y detenidos conocimientos, nos les daba tiempo para muchas cosas … evidentemente no les debe tiempo para el amor.

- Tu tienes una vida, y yo un país que se destroza- dijo ella un día en una de esas conversaciones que los paraban en la tierra.

- Tenemos tiempo para ser felices?

- Ya lo soy …

- Pero podríamos serlo, dos es mejor que uno… eso decía mi profesor de lógica.

- Mi profesor de matemáticas decía que no se podían mezclar peras con manzanas

- Pues a m i me gusta la ensalada! – concluyó él con una carcajada que ella correspondió.
Esta conversación dejo sobre la mesa un manjar de buenas intenciones y la sensación de tranquilidad, de esas tranquilidades que uno encuentra cuando logra responderse preguntas impacientes.


Los días pasaban, el café era cada vez mas frecuentado, como las miradas que los condenados hacían al reloj… pero como la felicidad no tenia tiempo para los nervios los condenados decidieron olvidar los relojes que abrazaban sus muñecas para quedar presos solo de la sorpresa del llamado por el altavoz que anunciaría la partida de la Señorita, y no presos de la impaciencia, el miedo y el pudor. Fue así como el amargo café se hacia cada vez mas dulce.

Un día el altavoz los tomó por sorpresa, como siempre, no hubo tiempo para pesadas despedidas, ella sonrió por ultima vez, cogio sus maletas con rapidez, y se esfumó del pasillo BC.

Dicen que los colombianos viajan para dejar gramos en otros países. La Señorita sin quererlo olvidó un gramo en el bolsillo de la chaqueta del Joven aquel… olvido un minúsculo gramo de su corazón, y su alma se hizo ligera.

Paro? Sigo? Creo? Lo dejo?
Para que matarme la cabeza con preguntas como estas
Si la vida solo me muestra una salida... por eso sigo!

Seguimos? Terminamos? Concluimos? Completamos?
Para que volver a cuestionarnos si sabemos bien que es lo que ha de alegrarnos,
Si es que en este instante solo nos queda la ilusión de salvarnos… entonces seguimos y completamos!

Amor? Amistad? Justicia? Paz? … y si le apostamos a la verdad??!!
La verdad de vernos satisfechos solo de lo que hemos hecho
Y no llenos de desaliento por el miedo que nos provocó este futuro incierto!
…. Apuesto todo a la verdad!

Sabiduría o fe? Tal vez lo cierto es creer que…
No hay un abrazo sentido que sea incomodo
Ni lágrimas sinceras que no conmuevan
ni una fuerte carcajada que no contagie
O una sonrisa real que no aliente…
… tampoco un esfuerzo que a este país no calme!

No acuses a mi corazón si de repente lo encuentras revolcándose en los recuerdos y vuelve a decir “te amo”.

No es mi culpa que a este loco le de por jugar con sus mejores recuerdos, que viva en el olvido de sus dolores y sonría una y mis veces repetidas cada vez que se embriaga de felicidad.

No me acuses a mi, es el que no sabe dejarse por ahí, todo lo que al entra ahí va quedando, y va calando y va tallando los sentimientos de nunca acabar.

No me hagas responsable si el guarda a 4 o 5, para este el amor no es algo en singular, cuando de dar se trata el numero siempre da igual, a quien quise sigue queriendo y a quien ame hoy lo ama por igual.

El tiempo no me ha cobrado este juego de retroceso que el extraño se a empeñado en llevar, pero no me mires con desprecio, no soy el tiempo y el hará su trabajo en su debido momento, en algún lugar.

No te preocupes, no se trata de espacios, la compañía me da igual, esto es solo cuestión de un juego, no estoy dando marcha atrás, ya se que tengo mi camino por andar.

Y si un día desprevenido mi corazón te conoce y le da por coquetear, déjame sentirte sin barreras pues el recuerdo es algo que no me da miedo disfrutar.

Y si después de mucho tiempo en mi vuelves a pensar, es mi corazón que te quiere hacer jugar, nada mas!.

No lo acuses por ser melancolico, adicto a la nostalgia, en cierta forma masoquista, este siempre inocente ha sido y seguira siendo apasionado de esa igcognita que muchos llaman amor.