10.21.2009

En la mente de todas siempre ha existido el hombre ideal, el mío llegó a mi mente desde que leí mi libro preferido, ese libro que marcó mi vida y que no importa cuántas veces lo vuelva a leer, siempre me atrapará igual… y ese hombre ideal llegó a mi mente no precisamente porque éste fuera el reflejo de alguno de los personajes descritos en el libro, para nada, lo que siempre soñé fue encontrar a un hombre, el que fuera, donde fuera, pero que llevara ese libro, mi libro preferido, en sus manos.
Desde ese día entonces siempre me fijaba, en los cafés, en los buses, en las bancas de los parques, en todas partes, si los hombres llevaban libros en sus manos, me tocó tener paciencia pues por esto tiempos a los hombres no les gusta leer, pero un días así como así llegó el momento.
Estaba yo muy tranquila, cuando lo vi, un hombre alto, de facciones muy finas, manos largas, caminaba a un paso que no lograba diferenciar muy bien si reflejaba tranquilidad o firmeza, decidí seguirlo. Caminé a unos pocos pasos de él, tanto que pude sentir su olor, no soy buena diferenciando lociones, pero ciertamente olía muy bien. Como podrá imaginar, yo estaba a un paso del enamoramiento, como también estábamos a un paso de un café ubicado a tres cuadras de mi casa, un café nada bohemio ni pesado, era un cafecito simple, con buena música y rodeado de libros y libros, el pasó, yo pasé después de él. Se sentó en una mesita, yo me senté estratégicamente, de tal manera que yo pudiera detallarlo y en cambio a él se le dificultara verme, más o menos en una mesa en diagonal me hice.
No sé muy bien cuanto tiempo pasó, pero fue el tiempo perfecto para que yo me enamorara. Lo vi, vi como sus suaves manos pasaban paginas y paginas, como su mirada se hacía profunda en ciertas partes de la lectura, como levantaba o fruncía ligeramente las cejas, y a ratos dejaba escapar una ligera sonrisa. Supe exactamente en qué parte del libro se encontraba, yo me sé ese libro, se que después de dos sonrisas viene la parte en donde uno abre los ojos por el asombro y llora, tal como lo hizo él, que dejo escapar unas lagrimitas que secó suavemente con su mano derecha. Supe entonces que era el momento preciso para acercarme, al finalizar ese capítulo uno necesita un respiro. El cerró el libro, lo puso sobre la mesa, respiró profundo, se acomodó el pelo y echó un vistazo al café completo.. Cuándo pasó por mi mesa no dudé en sonreírle, el me correspondió
Se levantó, cogió el libro, mi libro, en sus manos, se acercó y lo invité a que se sentara. Ya al frente mío lo pude detallar aun más. Por la textura de su piel supuse que era una persona dulce, por el áspero de sus manos supe que era un hombre que había vivido mucho, tenía un aire de artista, y por el gastado de sus tenis supe que había viajado por muchos continentes. Yo estaba encantada, el momento de por sí era un encanto, el era un encanto, por la manera como movía sus labios al hablarme supe que además era un hombre que sabía mucho de las mujeres.
Los minutos fueron pasando, como pasamos nosotros de café al vino. Era un hombre que sabía muchas cosas, me envolvió en temas muy interesantes, era un hombre que sabía mucho de literatura, y ese fue nuestro tema preferido, por horas creería yo. Fui víctima de su inteligencia, de su sabiduría, de su grandiosa forma de haber vivido la vida.
Pero la noche tomó inesperadamente un rumbo fatal, no sé por qué llegamos a esas, no sé en qué asqueroso momento él abrió su libro, mi libro, el libro y comenzó a leer. Hasta ese momento no había caído en cuenta qué tan asquerosa era su voz, era de verdad espantosa. Se sintió tal vez la cagadita del niño dios (dios se escribe con minúscula para aquellos que aun dudamos de él, con tanta mierda en el mundo). No sé por que carajos, en un arranque de egocentrismo se atrevió a leer un cuento a alguien tan inocente como yo, que nunca en la vida me hubiera atrevido a hacerle algo malo. Este hombre, en ese momento dejó ver lo peor de él, y yo no sabía como explicarle que al leer cada quién pone el acento a las palabras como mejor le plazca, como mejor le convenga, que la grandeza de un escrito está en la tonalidad en que sea leído y que nadie puede violar ese espacio tan privado, eso es irrespetuoso con las personas que escuchan y más aún con la persona que lo escribió, pues solo ésta podría imponer las pausas que le dé la gana.
Todas mis ilusiones cayeron al piso, él leía creyendo que yo lo escuchaba con admiración, gesticulaba, levantaba y bajaba la voz de manera brusca, no sabía cuanto tiempo duraban las comas y los puntos, así que le pedí unos segundos para ir al baño, escapé del café, fui a la casa de mi novio, juré amarlo, por lo menos a él no le gusta la literatura.

10.13.2009

Sí, todo el mundo tiene derecho a ser idiota en algún momento del día, pero no tanto como yo, hoy gano premio. Hoy mi adolescente se ha apoderado de mí, y no importa que tanta razón le meta, que tantos argumentos, certezas, verdades, a ella simplemente le dio la gana de apoderarse de mi cabeza. Lo peor es que no valen mis ganas por salir bien librada de esta, trato y trato de esconderla, de no mostrarla, de callarla, pero ni modo, ella me está ganando, y en su racha de principiante patea todo alrededor haciéndome quedar muy mal parada. Hoy pueden olvidarse de mi, de mi supuesta inteligencia, madurez sentimental, capacidad de raciocinio, deducción o entendimiento, hoy soy la adolescente que nunca antes pude ser. Voy a explicar por qué estoy hablando de esto. Sí hay algo de lo que siempre me he burlado es de los celos!, cómo no burlarse de eso, para mi siempre ha sido el sinónimo de inseguridades achacadas al otro, o las ganas, perdón por la expresión, de joder! Siempre fue para mí un motivo de regocijo ver como personas discutían y montaban celos a causa de semejantes pendejadas, en realidad me daba risa ver como la gente perdía su tiempo y ponían por encima ese sentimiento tan idiota en vez de los muchos otros que tenían. Y si había alguien inteligente en mi grupo de amigas del colegio era yo, que gastaba babas explicándoles lo idiota que era sentir celos, siempre fui la mejor en escuchar problemas de telenovelas y encontrarles fácil solución. Yo, la soltera de mi grupo de amigas disfrutaba de esos enredo pecuecos que observaba a diario, soltera porque el único que estuvo por ahí lo dejé por celoso!. Ahora bien, hasta este momento todo es claro, una vida cómoda, muy formal, muy bonita. El problema es que la idiota adolescente que escondí en años anteriores ha venido para incomodar, y como no tiene razones para sentir celos, no inseguridades de mi parte, no tengo ganas de, perdón la expresión, joder, entonces esta infeliz se inventa cuentos para que yo sienta celos, celos que patean todo lo que está bien alrededor, pero que quisiera callar pues da pena que a esta edad no me haya podido deshacer de esa chinita malcriada. Entonces, como no hay inseguridad ni ganas de… la chinita se metió con mi ego, a ver si logro explicar el por qué esta chinita está hoy en mi cabeza…. Si hay algo en lo que creo en verdad es en el amor, si, soy una rosada de tiempo completo que cree firmemente en la grandeza de ese sentimiento, por eso no ando soltado “te amos” a cualquiera que vaya apareciendo, sí lo dije alguna vez a alguien, pero eso ya hace siete años, y fue tan bonito, y fue tan especial que me prometí no volverlo a decir hasta que realmente llegara la ocasión. Y estuve pendiente mucho tiempo de encontrar la ocasión, pero pasaron y pasaron y pasaron personajes que en realidad no llenaban lo necesario para decirlo. Y es que para mí estos asunticos del corazón no son tan fáciles, siento que son tan bonitos y de tanto cuidado esos asunticos que he preferidos guardarlos como lo más bonito que puedo llegar a mostrar al el personaje que sienta que es. Y listo, ya conocí al personaje, y siento tanto, y veo tanto que ya esas palabras quieren escaparse de mi boca, pero pero pero siento celos! Idiotas celos, celos pendejos, tan ridículos que no quiero que la gente se entere, pero como la adolescente me gana ya es demasiado tarde para ocultarlo, ya caí!. Por qué siento eso? De qué? Siento celos del pasado, sí, no me gusta ver como mi personaje a estado por ahí soltando “te amos” y dibujando corazones, llenándose la cabeza de recuerdos hermosos mientras yo todo lo tuve en reserva. Es simplemente cuestión de ego, confesarlo no es fácil y quisiera que estas palabras se las llevara el viento, confesar, confesar, que incomodo es confesar, es cuestión de ego, sentir que mientras presiento que mi personaje será la cosa más espectacular que habitará en mis recuerdos, tal vez yo sea en él algún recuerdo. Me da celos su pasado, porque mientras con él yo me invento palabras y sentimientos, yo puedo ser en él algo aprendido, la repetición de un sentimiento que el ya conoce y sabe manejar la perfección…soy adolescente, no se como se controlan los sentimientos, los pensamientos, los celos… es estúpido, idiota claramente, lo siento si se topan con este esperpento, no se crean mi antipatía, es simplemente que esta quinceañera está aprendiendo, proceso de adaptación, que se yo!... total!.... este escrito además de inducir directamente a que yo sea tildada de ridícula, por culpa de la adolescente que habita en mí, tiene la intención de pedir un poco de calma a quien haya sido afectado, prometo que ordenaré este desastre ocasionado.

10.12.2009

Nunca antes había estado tan feliz por ver a Poseidón hacer travesuras y saber de sus arranques infantiles que terminan mojando toda esta ciudad. Por en contrario, siempre fue un factor que me generaba rabia, Poseidón ha sido en muchas ocasiones la razón de mi mal genio con la vida, tener que caminar bajo la lluvia con esas inútiles sombrillas que venden ahora, que mientras afuera de la sombrilla cae un fuerte aguacero por dentro cae una llovizna fastidiosa que igual deja mi pelo mojado, es espantoso, afortunadamente no tengo el problema de muchas mujeres, no se me enchurca el pelo.

Y es que ¿cómo no ponerse de mal genio? No hay nada más espantoso que tener los pies mojados! Ver caer el agua del cielo es algo normalmente angustioso, pues al instante puedo imaginar la lucha de mis zapatos por no dejar entrar el agua a mis medias, la lucha de las medias por no dejar pasar el agua a mis pies, la lucha inútil de mis pies por deshacerse del agua, de ese húmedo desesperante que deja los dedos asquerosamente arrugados.

Además la lluvia es algo que realmente no hace la vida cómoda, para la muestra de un botón, coja usted un bus cuando esté lloviendo desaforadamente, es realmente espantoso, para mí lo es, trate de imaginarlo, ya describí el problema de la inútil sombrilla y los pies mojados… ahora póngame un poco de miopía, miopía que me exige gafas para poder leer la ruta del bus, gafas que se mojan, se empañan, se resbalan, ya sabrá lo incomodo… y cuando por fin puedo parar el bus, el bus que es después de haber parado muchos otros, la vida se sigue complicando. En primer lugar toca cerrar la sobrilla inútil, que por más cuidado y estrategia que tenga la sombrilla necesariamente se cierra antes de uno tener todo el cuerpo a salvo en el bus… uno se moja igual, igual uno ya esta mojado… además la inútil sombrilla se enreda, con la puerta, con la rueda esa de la entrada, con la mano que saca los mil doscientos para pagar, con la señora gorda de un lado, con el del frente, con todos!, obviamente yo sufro las mismas consecuencias, soy golpeada por las inútiles sombrillas que están al mi alrededor.

Eso no es todo, no es por dañarle el momento, pero el olor de esos buses es realmente nauseabundo, se siente un tibio asqueroso, uno alcanza a sudar y a oler el sudor de los demás… las ventanas se empañan y se resbalan unas gotas grandes por la parte de adentro del bus, yo simplemente trato no imaginar lo espantosas son. Además, cuando llueve, los puestos al lado de las ventanillas están reservados para las personas más inteligentes de esta ciudad, claro, ellas no abren la ventana ni por equivocación para no mojarse, ni por que les paguen! ni porque el resto del bus clame por 5 segundo de aire puro! No! estas personas inteligentes se hacen las víctimas de Morfeo, se hacen las que no escuchan, y no responden a las suplicas de los demás, y bueno, los que no se hacen los dormidos responden con cuatro piedras en la mano que no quieren que les de pulmonía… pulmonía… mientras el resto del bus morimos lentamente.

Bajarse del bus es otro procedimiento complicado, pero preferible que seguir en ese transporte público que mientras llueve parece más bien un sauna… y entonces caminar a casa parece una salvación, pero no, cuando llego ya la rabia ha invadido todo mi ser, todas mis ganas, todo todo, solo quiero lanzarle una palabrota a Poseidón por burlón, por reírse de mí, por pesado, por hacerse el chistosito, por invocar horas de pensamientos baratos, angustiosos, deprimentes, de interrogantes, de laberintos sin salida…

Pero hoy en verdad los juegos de Poseidón no me afectan, intenta burlarse de mí pero yo me burlo de él… hoy una sonrisota salió de mi boca cuando estaba apenas lloviznado. Me dio alegría que éste empezara a molestar, creo que llevaba muchos días castigado, hace mucho no llovía, ya el pasto no crecía, ya las vacas no tenían que comer… me da alegría saber que Poseidón está todavía por ahí haciendo travesuras. Esta vez Poseidón vino para alegrarme en vez de sacarme el mal genio, no ha hecho de éste domingo una crisis ontológica o algo por el estilo, al contrario, vino para recordarme, para reafirmarme que hoy mi vida está completa… mientras miro por la ventana las gototas que caen, adentro está una chimenea calentándome, y en la cocina él, cocinando alguna sorpresa, algo calientico, y en la cocina él, con sus brazos, y en la cocina él, con sus ojos, y en la cocina él, cocina él, él sale de la cocina, él sale de la cocina y se acerca, él sale de la cocina y me mira, él sale de la cocina y me abraza, él sale de la cocina y me alegra, el sale de la cocina y me enseña cómo burlarme de la lluvia!