***Un beso otro beso y la pena se va como el humo***
El te caliente en la mesa, mis manos que intentaron esconderse del frío tomaron fuerte la tasa, y mis ojos, escondiéndose del frío también tomaron profundamente tu mirada. Me observabas tratando de entender la ausencia de mi sonrisa, con respeto callaste ante la realidad de mi país natal, sin chistes perturbadores, sin palabras de aliento, sin sueños sin fundamentos, para mí el silencio y tu mirada fueron la mejor respuesta.
Palabras iban y venían, algunas frenadas por el diccionario, pero los minutos que pasaban iban tranquilizando mi impaciencia, las bombas y la ignorancia las fui dejando para otro momento…pero mi mirada se negaba a abandonar aquella lucha contra el frío.
Cuando el te se encontraba ya ocupando solo la mitad de cada una de nuestras tasas quisiste evocar una conversación pendiente que desde días pasados venia perturbándonos, de esas conversaciones que arrebatan mi voz y hacen temblar mis rodillas. Sonreí, por la timidez, y mis ojos intentaron una tregua, tregua jamás pactada pues a tus ojos aun le quedaban fuerzas. Me pareció macabro que preguntaras eso, pasar de la política al amor puede llegar a ser un cambio radical o difuso, cambio que se asemejaba al tipo de respuestas que te lanzaba.
Estabas perdido y sin salida, tu mirada me suplicaba ideas completas, yo no pude dejarte tirado con mis respuestas sin terminar, entonces emprendí una batalla absurda contra mis rodillas y la fuerza que siempre se roba mi voz, logré desprender una escalada de argumentos que te dejaron al punto de la derrota. Mi estrategia fue sencilla, evoqué tus días pasados, tus frases dichas, los miedos acumulados… frente a lo cual quedaste petrificado, dando razón a cada una de las cosas que yo traía a tu memoria…
Pero tu y yo lo sabíamos, aun te quedaba un arma. Yo te lanzaba pistas para que despertaras y la utilizaras, tu confundido y achantado no sabias que hacer. Solo un sorbo antes de acabar con el te, utilizaste el arma que me llevo a comerme las palabras y transformar la razón. Tu sabias que lo lograrías, yo quería que lo lograras, esa arma, ese calor que yo tanto buscaba en tu mirada, salio para regalarnos risa y carcajadas.
No se si la costumbre o los nervios te atraparon, pero un cigarrillo urgías – Fumamos? -. En cambio a mi me urgia otra tasa de te para alargar el rato. – Fumamos y nos vamos? O fumamos y nos quedamos? -, -Por mi esta bien quedarnos-… Sonrei… bufandas, chaquetas, zapatos y en el anden aquel pusimos punto final al frio cuando te mire, me abrazaste y lentamente nos besamos.
.... y en la mesa se quedaron frias las otra tasas de te.