1.18.2008

........ A Colombia ...........

Mi mirada se instaló en el horizonte, esta vez desconocido para mí, pero en mi mente el recuerdo de un amor que ya no siento. Solo me encuentro acompañada del ruido inmenso de mi inconformidad que ya no se alimenta de optimismo sino de dolor, un dolor que me apaga las ganas, y minimiza uno a uno mis sueños. En mi alma, el vacío más inmenso busca en las paredes algún rastro de la razón que antes acompañaba mis ganas de luchar, pero otra vez quedo tirada ante la realidad del periódico arrugado que sostengo en mi mano derecha. Es que el amor se mancha cuando se alimenta de lastima, como la que hoy me das cuando te miro desde lejos, pues te ves mas sucia, mas absurda y salvaje, que sonrojas mi cara, y no puedo hacer mas que levantar mis hombros y disimular mi llanto con alguna carcajada. Se me ha olvidado amarte y extrañarte, entonces trato de evocarte con algún ritmo de los que solían emocionarme, pero quedo nuevamente resignada al escuchar el ruido de las metralletas, las bombas, las minas, y las babosadas que dicen tus gigantes, no me queda otra salida que apagar el sonido y buscarte renaciente el alguna de las fotos en las que muestras tu esplendida naturaleza, pero ardo en mi rabia al ver que tu plenitud no es mas que simples teteros que engañaban mi adolescencia. Entonces trato de perderme en apatía, pero nuevamente apareces en noticias traducidas, en palabras extrañas, en acentos raros, y caigo otra vez rendida a mi desgracia. Ya no se como hacer para volver amarte, ya no se donde buscar argumentos para defenderte de las miradas que te acusan, ahora desconozco hasta tu pueblo, y me ahogo en lagrimas cuando noto que realmente de ti no quiero nada. Y me duele ver como me pierdes, como te pierdo, como se van muriendo mis ganas de creer en ti, y solamente fijo mis metas en mi… Y quisiera esconderme lejos, que tu violencia no me tocara, que tu ridiculez no me hablara, corro, salto, cierro mis ojos, tapo mis oídos, y nuevamente recuerdo que ya no te amo, idea que me hace sentir miserable, traidora, perdedora, real, e increíblemente desgraciada. Y no vengas a buscarme, yo desde acá te observare, así se quemen mis ojos al ver el incendio que proclamas, y te pensare así muera de dolor cada noche, y si dado el caso he de amarte nuevamente, rogare perdón por tanto maltratarte. Déjame partir, déjame crecer, déjame vivir, que este dolor inmenso esta matando mi juventud y mis ganas de sonreír. Déjame olvidarte alguna noche, para que tus cadenas no aten mi cuello y tu sangre no manchen mi ropa, déjame abandonada que si he de volver a ti no lo haré con las manos desocupadas!!

Cuando olvide lo mucho que deseo olvidarte sabré entonces que del amor no quedan rastros y que por fin te he olvidado.


1.13.2008

Tantas veces yo soñé con respirar Buenos Aires… y hoy que mi sueño aspiro quisiera detener el tiempo. Que buenos son estos aires que me invaden, que de la tristeza no quedan rastros, y las nostalgias fueron arrebatadas por ciertas miradas. Que aires tan buenos los que hoy me invaden, que saben a vino, que suenan a tangos, que me dejan el corazón palpitando al ritmo del rock. Buenos Aires no pretendo llevarme de ti un obelisco, ni copiar el rosa que invade tu casa, yo no quiero robarte las semillas que siembras en tus viñedos, ni la pelota que rueda en tu monumental, yo no quiero grabar las emisoras que me regalan a Fito, ni repetir tus recitales los sábados en mi capital, yo no quiero perderme en otras corrientes, ni inventarme otra nueve de julio para volver a cantar… yo solo quiero que un viento me acompañe de aquí a la eternidad, para no volver a caer, para no volver a dejar de creer, para saber nacer cuando muera, y recordando esta tranquilidad inmensa junto con estas hermosas miradas vuelva siempre a sonreír. Por esto hoy lleno mis pulmones, inflo mi alegría, lleno mi corazón, en este ultimo suspiro que me regalas, en el que te apagas en mis ojos y naces en mi memoria.


escruto perdido de BsAs

TOULOUSE DE LUTO

Nadie me lo dijo, pero yo lo he notado, Toulouse esta de luto. Todo parece indicar que le guardan luto al sol que se les perdió un día de esos en los que los árboles pintan el suelo de naranja. Están de luto y en sus abrigos no queda más que la frialdad que se siente cuando el amor desaparece de repente. Guardan luto y en sus caras blancas rebelan la tristeza de saber que el invierno a tomado sus pensamientos y sus ganas de vivir. Guardan luto, en las calles al pasar, pero algo en sus miradas parecen indicar que el calor pronto vendrá. Y en los bares por las noches sus risas dejan escapar, llamando aquel perdido que por unos meses los ha mandado al olvido. Y en las noches en los bares la pena mezcla con cerveza, esperando acelerar el tiempo y sentirse de nuevo enteros. Toulouse de abrigos y sombreros déjame perderme en tus noches de vinos y añejos, déjame bañarme en tus amaneceres tardíos, déjame jugar con el tiempo y sentir que acá yo vuelo.

LO QUE PIENSO CUANDO PIENSO

¿¿¿Que es eso
Que pienso
Cuando pienso
Lo que pienso???

Es solo eso,
Lo que pienso
Que pienso
Cuando pienso.

Entonces… ¿qué es lo que pienso?
Lo que debería pensar,
De lo que debo pensar,
Cuando debo pensar.

Y caigo en cuenta que ya ni pienso
Que es solo eso
Aquello que pienso
Cuando pienso.

Por que pasa eso?
Por que ya no pienso?
En que momentos si pienso?
Que es lo que hago cuando pienso?

Pasa porque no hay en que pensar
No hay en quien pensar
No hay motivo para pensar
… ya ni se como pensar.

… solo dejo el momento pasar
Tratando de imaginar
Que es lo que voy ha pensar
Cuando este cigarro deje de fumar.

ESTATUA DEL PEDESTAL

Era una gran ciudad, llena de grandes avenidas, grandes auditorios, grandes museos, y muchos monumentos. Era uno de esos días donde el sol radiante alumbra los más recónditos sitios, donde los niños juegan en los parques, donde los abuelos pasean por las calles. Era una vez, tal vez fueron dos o tres, en las él pasaba frente a ella, la mas bella de todas, que con un gesto inmóvil parecía saludarlo. Era y fueron muchas veces después las que él pasaba con su guitarra, con sus poemas, con funciones, todo para conquistarla, pero ella no cambiaba su mirada. Fueron miles de versos gastados, miles de ritmos escuchados, más de un cuento contado, muchas pinturas acabadas, pero ella no cambiaba su mirada.

Y fue una noche, de esas frías donde la lluvia asusta a los dueños de las calles, donde los niños se esconden bajo las naguas de sus madres, donde las sombrillas vuelan y nadie se atreve a poner un pie fuera de su guarida. Y fue esa noche, después de muchas noches de haberla amado, en la que se llenó de valor y orgullo, tomo su bufanda y fue en busca de ella, siempre tan linda, siempre tan simple, siempre tan seria, tan tierna, siempre perfecta, siempre lejana, siempre divina, imposible, increíble, inalcanzable… Ella estaba ahí, inmóvil como siempre, con la mirada que siempre parecía buscarlo, con la timidez de siempre que no le permitía hablarle. La intención era clara, él solo quería despedirse, despedirse de su amada, pues aquel amor se había vuelto maligno, le estaba destrozando el alma, lo estaba matando. Comenzó por decirle que desde el primer momento en que la vio sabia que la amaría por el resto de sus días, y que siempre la esperaría, en su casa naranja, a tres cuadras y media si bajaba por la izquierda. Con lágrimas en los ojos le rogó que le hablara, que dijera si debía olvidarla, pero ella no pronunciaba palabra alguna, ella no cambiaba su mirada.

De repente una voz se empezó a escuchar, era un grito que se escuchaba con mucha dificultad, él la miro, pero sus labios no se movían. Ella seguía gritando -Bájame de acá!!- pero fueron gritos ignorados, pues él perplejo parecía haber pasado a otra dimensión. –Bájame de acá, esta vez yo quiero ser real- seguía aquella dulce voz suplicando, pero él sordo a la verdad seguía fantaseando con la cara que fijamente lo miraba a los ojos. De la cara de ella empezaron a salir lagrimas, pero el ciego a la realidad juraba que era la mas tierna lluvia que había caído en años sobre la tierra, y una vez mas ella llena de dolor decía –bájame de acá, no me dejes en este pedestal-, pero el ciego por sus ideas apretó su bufanda al cuello y dando vuelta para bajar por la izquierda desapareció.

Nadie se explica como después de una tormenta, una estatua de una mujer apareció derretida a tres cuadras y media de una casa naranja. Cuentan los que saben de la vida, que hasta las de piedra mueren por dar amor, y que aquella había muerto tan solo en el intento. Dicen quienes lo conocieron que el también ha muerto, y en la estatua de su tumba clava su mirada al cielo, como quien pretende encontrarla. Y el epitafio recuerda que la idealizacion es tan solo otra manera de matar al amor


Un día lo escuché sin quererlo, de algún lugar salida su linda melodía que se grabó en mi presente, convirtiéndose en la obsesión mas intensa de mi vida. Yo lo buscaba intensamente en todas las emisoras, en todas las guitarras que estaban a mi alcance, hasta que logré llenar a mi memoria de todas sus canciones, su filosofía, su melancolía, su pensamiento. Desde ese día todos los que se vinieron después estaban llenos de ese sonido, cada vez más fino, cada vez más atrevido y vulgar… llegué a sentirlo muy mío, intimo, comprensivo, paciente y tierno… en noches de nostalgia el me ayudaba a cantar, en noches de rebeldía el sabía cómo hacerme gritar, en noches rosas el me enseñaba a pintar, en noche de emoción me hacía saltar. Una mañana se me ocurrió que aquel sonido era tan lindo que no podía ser divino, al contrario, su dueño debía ser un hombre tan humano, tan grande y tan frágil como yo. Me puse a la tarea de buscarlo, a aquel ingenioso hombre que por siete años se había robado toda mi admiración.

Por fin llegó el momento, lo conocería, en una cosa que los argentinos llaman recital, cantaría para mi el tal Andrés Calamaro, solo tenia que ingeniarme la manera de llegar al Club Ciudad de Buenos Aires el sábado 15 de diciembre del 2007 a las 8 de la noche. Yo moví cielo y tierra y alrededor de las 7 de la noche llegué al lugar. No lo puedo negar, esto era realmente intenso, el corazón no solo se movía rápidamente, también lo hacia fuertemente, y no se porque este se confundía con la asfixia que no me dejaba hablar con tranquilidad. La emoción no era normal, parecía como si hubiera llegado alrededor de las 7 de la noche a un NO lugar. Desde que pisé el club todo fue perfecto, la noche todavía estaba clara, caminé y caminé hasta que pude estar muy cerca del escenario, y de una pantalla gigante por si mi ceguera no me permitía verlo. Un soldadito marinero en voz de Fito y los Fitipaldis me acompañó hasta que llegó la noche, en un cielo realmente inmenso, donde el tal Dios se hizo pequeño y tomó sus crayolas naranja, amarilla, roja, morada, celeste y azul para colorearlo tiernamente. Por fin se escucharon los aplausos que despedían esta primera parte de la función, y yo deliraba de emoción. Empezaron los gritos, los empujones, y en un momento de distracción salió al escenario, sólo para mi, mi Calamarito hermoso, cantando el Salmón…. De ahí en adelante no recuerdo muy bien lo que pasó, la alegría fue tan plena que no logro articular en mi memoria las dos horas y media que me dedicó, muchas muchas muchas muchas canciones cantó, todas divinas, todas preciosas, todas…. todas tan, tan… tan como sólo mi Andresito las sabe hacer… en una paloma avisó su despedida, y ardiendo en grandeza se despidió.

LAMENTO EL CIGARRILLO

Cada desamor deja su lamento, a unas las engorda, otras se vuelven muy flacas, a unos los enferma, a otros los lleva a probar extremos… el ultimo a mi me dejo el vicio. El vicio de llamarlo en mis lagunas, de pensarlo en mis resacas, de cambiarlo por mendigos, de burlarme de cualquier amor vivido. Este desamor se materializo en la cajetilla en mi mochila, las cenizas en mi mesa, en mi mano aquel maldito, y mis pulmones el aire que lo recuerda.

Con el primer suspiro prendió el cigarrillo que incendio mi corazón, pero con este ultimo respiro, profundo hasta la colilla, yo lo maldigo, lo abandono, y de una vez por todas lo apago en el olvido.